Me llamo Rubén (si has llegado hasta aquí, ya debes saberlo pero… me parecía oportuno eso de presentarse) y soy canario aunque ni tengo acento ni «tengo aspecto de». Hasta los ocho años no recuerdo gran cosa. Hasta los 14, poca cosa interesante. A los 15 años vi claro «lo que quería ser de mayor» después de encontrarme frente al «Traerá cola» de la O.N.C.E (por aquel entonces, la palabra «teaser» sólo sonaba a polo de fresa).
– Mamá, quiero hacer anuncios.
– Vale, pero tienes que estudiar una carrera.
Todos sabemos que los designios de una madre son incontestables, irrefutables y vamos… que no puedes llevarle la contraria. A no ser que quieras «quitarle la ilusión» y no era el caso. La carrera de Publicidad y RR.PP. se me hizo un poco laaaaaaaaarga. Aprendí cosillas de cultura general y eso, pero no aprendí a hacer anuncios. Por aquel entonces ni había Miamis, ni Zinks, ni Tags. Con el título en algún cajón de la Complutense entré en McCann. ¡Qué momento! Allí me preguntaron «¿y tú qué eres?» y como tenía un mac y me gustaba eso del photoshop respondí que era director de arte. El tiempo me quitaría la razón. Luego fui saltando de agencia en agencia… Un poco de esto, un poco de aquello y… ¿qué tal si me hago realizador? ¿Qué tal si escribo un libro? ¿Y un corto? ¿Y si me lío a hacer fotos y expongo algo? ¿Y si me meto a codirigir mi propia agencia? ¿Y si soy más copy que arte?…
Ya lo dijo algún listillo, «aprendiz de mucho, maestro de nada». Ese soy yo: «el aprendiz».
Allá por 2013, mi vida dio un giro de 180 grados. Dejé esa profesión que creía única y maravillosa y me lancé a cumplir un sueño que tenía hacía años y que compartía con mi pareja Lucy: dar la vuelta al mundo durante un año. Desde entonces, seguimos viajando y soñando por cuenta propia. Ahora, además, con nuestros hijos Koke y Tindaya. Dos almas viajeras también que nos complementan y nos abren nuevas puertas mientras nosotros les vamos marcando el mejor camino posible (según entendemos nosotros la vida) para que luego recorran el suyo propio.
Todo esto lo hemos ido contando en nuestro blog algoquerecordar.com y en redes @algoqrecordar.
Me gusta el café (más de lo que debería) y el silencio (más del que tengo a mi alrededor). Desde hace unos años, gusta observar el mundo. Preferiblemente a través de una cámara. Congelar momentos para traerlos a la vida después, siempre ha sido una de mis motivaciones.
No me gusta la lluvia, pero como tiene que llover, que sea de noche. Tampoco me gustan las franquicias, la globalización que hace que todo sea igual estés donde estés, ni el consumismo sin sentido. Tampoco me gusta le gente que dice que como en España no se vive en ningún sitio cuando lo más lejos que ha ido, es a Portugal.
A día de hoy puedo decir que estoy donde quiero estar. El viaje, salvó mi vida.
Y como esto de los sueños hay que pagarlo de alguna manera, todo lo que ves en esta web es lo que hago para seguir viajando y viviendo fuerte.
¡Mira hacia aquí…!

