Hoy hace justo un año empezaba junto a mi Lara Croft la aventura algoquerecordar o lo que es lo mismo, aquello de cumplir el manido sueño de… (redoble)… dar la vuelta al mundo… undo… undo. Un sueño típicamente utópico que para mi, se había convertido en obsesión después de rumiarlo entre oreja y oreja durante casi 16 años. Un sueño que estuve aplazando una y otra vez. Un sueño al que injustamente, le fui dando patadas cargadas de desdén en forma de excusas «para no dormir». Justo aquel 1 de julio, antes de subirme al avión dirección Beijing, dejé un último post en este blog llamado «El Señor de negro». Hablaba entre líneas de un señor que se sentía a disgusto «en su mundo». No muy alegre y poco comunicativo. Un señor que cada vez me caía peor pero con el que me tenía que entender sí o sí y al que por mucho motivos… decidí dejar de hablar antes de darle un par de bofetones.
Desde entonces y de forma totalmente «bienintencionada» se acabó eso de escribir aquí (en este cajón de vanidades)… hasta hoy. Me pareció buena idea romper con «el Señor de negro» de forma unilateral e irrevocable. Dejar de escucharle. No prestarle atención por mucho que gritase y patalease. No quería que sus preocupaciones fueran las mías y pensé que había que dejar pasar un año antes de volver a vernos las caras… Que era necesario que cada uno pensara por su cuenta sobre el pasado, el futuro y, sobre todo… el presente. Quería que «nos diéramos un tiempo» para ver qué nos contaríamos después. A ver si nos reconocíamos. A ver si podríamos llevarnos bien. Entendernos. Soportarnos.
No sé si a día de hoy soy de millones de colores o sólo de diez… pero espero que él ya no sea tan gris. Cuando me despierte del sueño tengo pensado quedar con él. Le invitaré a un café y hablaremos largo y tendido. Tendremos que ver qué hacemos a partir de ahora con nuestras vidas. Si volvemos a vivir juntos o no. El caso es que no le quiero dar totalmente de lado porque bueno… después de tantos años le cogí cierto cariño. Al fin y al cabo… es lo que tienen los gruñones.