Una de esas cosas que siempre ha estado bien vista, cada vez es más de minorías. Antes, en cada comida, cada fiesta, cada reunión… se acababa hablando de fútbol. Da igual el número de «anti futboleros/as» que hubiera sentados a la mesa. El fútbol era un tema recurrente. Lleno de pasión. Un camino por el que había que transitar sí o sí. Yo, he sido de esos. El caso es que últimamente como que no «está tan bien visto». Si sólo hablas de fútbol… parece que no sabes de nada más y eso… eso no es cool. El caso es que, o cada vez me da igual más el fútbol (yo, que he llegado a llorar cuando Tasoti «me dio» aquel codazo) o cada vez quiero ser más cool. Pensando en porqué cada vez me importa menos esto de que 22 millonarios repeinados le den patadas a un trozo esferizado de cuero sintético hasta introduzirlo entre tres palos para conseguir un «gol»… me acordé de una frase. Sí, tú también te la sabes. Aquella que decía…
«En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol«.
El caso es que, esta frase la dijo un tal Eduardo Galeano que buscando buscando (ignorante de mi), resultó ser (y cito a Wikipedia) «un periodista y escritor uruguayo, ganador del premio Stig Dagerman. Está considerado como uno de los más destacados escritores de la literatura latinoamericana».
Y pensé… ¡coño!, un tío así me legitima para hablar de fútbol casi sin vergüenza. Lo segundo que pensé es que… no tenía razón. Al menos, ya no. Yo, que siempre he sido del F.C.Barcelona o Barça… cada vez lo soy menos. Ahora viene la parte de los eructos: aunque nací en Tenerife, me crié en Barcelona. Recuerdo que soñaba con ser como Shuster o ver jugar a Maradona en el Nou Camp. Que leía los cuentos de Eric Castel y forré mi habitación con banderas y bufandas rojas y azules que se daban de leches con el color pistacho claro de la pared. Que esperé a Stoichkov para hacerme fotos con él a la puerta de su hotel en Madrid (tengo pruebas) y me compré la camiseta de Guardiola. También recuerdo que después del Dream Team y de que el Tenerife le quitara dos ligas para dárselas al Barça (orgasmo máximo) vino el vacío… y a mi, todo aquello, me pilló viviendo en Madrid. Me pilló solo… Tuve que hacer la peregrinación por el desierto y aguantar el cachondeo de tooooooodos los merengues que me rodeaban de domingo a viernes. Después llegó Iniesta, Xavi, Puyol… Ronaldinho… Messi… Pep y sus 13 títulos… Qué tiempos tan felices. Ahora, va la parte «cool»: Nunca he entendido ese afán separatista y político con el que se viste el Barça más allá del del rojo y el azul. Siempre me ha molestado pero, desde hace unos años, me empieza a resultar triste y cansino. ¿Por qué un equipo que dice ser más que un club… se encierra haciéndose pequeño y antipático con tanto ímpetu? ¿Por qué una institución así… «tan ejemplar»… hace todo lo posible por conseguir un fan al otro lado del mundo para venderle una camiseta falsa mientras pierde otro aquí al lado que estaba a punto de comprarse la equipación oficial entera? ¿Por qué ese constante dar la espalda a todo aquel que no entiende las declaraciones de su futbolista favorito al hablar en catalán? ¿Qué se gana haciendo todo eso?
He vivido en Barcelona 9 años (me encanta esa ciudad, tengo grandes amigos allí y vuelvo siempre que puedo)… pero he «vivido mucho más» en Madrid (20 años). Cada vez me molesta menos que el Madrid gane algo porque sé que mis amigos… van a estar contentos. Esos amigos… los madrileños, nunca me hicieron sentir mal… o de fuera. Al parecer, algunos catalanes se esfuerzan porque no me sienta «de dentro». Sí, sí… todos sabemos a dónde parece ir este discurso que empezaba hablando de fútbol. El caso es que a mi, no me gustan las fronteras… en ningún ámbito. No quiero señalar. No quiero fraccionar. No quiero encabronar. No quiero dividir. Sólo quería decirte, querido Eduardo Galeano… que siento contradecirte. «No es nada personal» pero… puede que sea el primer aficionado de un equipo, que se cambia a otro… ¿Del Barça al Madrid? ¿Por qué no? Total, los futbolistas lo hacen a diario por dinero… yo estoy a punto de hacerlo gratis.