Desde hace años, hay una historia que me remueve por dentro y me llama la atención poderosamente: el misterio de los mensajes que aparecen en “un cartel casero” del kilómetro 32 de la autopista TF-5 al norte de la isla de Tenerife. Han sido muchas las veces que he pasado por allí y que esperaba el momento de ver “qué me contaba la montaña”. Me preguntaba (como todos) quién sería ese alma que desprendía tanta generosidad dibujando sonrisas, modelando pensamientos, regalando buen rollo… creatividad… frescura… Con el tiempo supe que se hacía llamar Anoniman y que sus mensajes, además de contagiar a las 50.000 personas que pasan a diario por ese lugar, se comparten en redes por muchas más almas sedientas de buenas intenciones.
Un día Lucy y yo nos dijimos “¿Y si intentamos contactar con esa persona a ver si quiere hacer un pequeño documental con nosotros contando esto que nos emociona tanto?” Así que nos subimos a la montaña, le dejamos un Segundo, biografía de un piso y una nota diciéndole quiénes éramos, lo que hacíamos y lo mucho que nos gustaba lo que hacía él, ella o ellos. A las dos semanas nos respondió y nos dijo (en un mail que destilaba cariño en cada palabra) que sí. No soy capaz de expresar la ilusión que nos hizo recibir aquel mail para poder conocer a esa persona y llegar a hacer este pequeño documental que yo, personalmente, adoro con locura por lo mucho que significa toda esta historia para mí…
httpv://www.youtube.com/watch?v=hjTnlejAgcI